jueves, 11 de septiembre de 2014

Carlos I de Anjou Versus Pedro III de Aragón

Juicio de dios, Duelo de reyes.

La guerra entre Carlos I de Anjou y Pedro III de Aragón.

Empiezo un nuevo post, en el marco de la guerra entre Carlos de Anjou y Pedro de Aragón, para dar respuesta a todas las preguntas que me habéis hecho llegar, tanto por la redes sociales como por el propio blog, sobre los precedentes y consecuencias de las Vísperas Sicilianas.


Escudo de armas de Pedro III de Aragón
Escudo de armas de Carlos I de Anjou













Antes de las vísperas Sicilianas todo sonreía a los Anjou, incluso la tiara pontificia había recaído en un francés Martín IV. Nadie podía imaginar (después de todo, el poder de Carlos está fuertemente establecido en Sicília y Nápoles) que lo que iba a suceder aquélla noche del 29 al 30 de marzo, trastocaría el sistema de poder vigente hasta entonces en el sur de Europa. Las ¨vísperas sicilianas¨ fulminaron, tanto los deseos Imperiales de la Carlos de Anjou, como las aspiraciones del Papa de unir bajo su mandato las iglesias de oriente y occidente.

Sobre Carlos de Anjou hablé en el anterior post, así que en este, os contaré algo sobre Pedro III "El Grande", hijo de Jaime I "El conquistador". Pedro tiene cuentas pendientes con Carlos desde que tomara como esposa a Constanza de Hohenstaufen, hija de Manfredo I de Sicilia.
Constanza Hohenstaufen

En 1266 Sicilia queda bajo la  soberanía de la Casa de Anjou, al derrotar Carlos al padre de Constanza, Manfredo, que murió en la batalla de Benevento. Carlos hizo cegar a los hijos de Manfredo. También  capturó y decapitó al ultimo heredero de la casa Hohenstaufen, Conradino, con tan solo 16 años.

El Anjou, cambió la capital del reino, de Palermo a Nápoles. La llegada de miles de funcionarios franceses causó  gran descontento en la isla, donde estallará la rebelión de las vísperas con la ayuda del soberano aragonés . Los sicilianos terminaron de expulsar a los Angevinos de la isla. Pedro III reclamó el trono de Sicilia, al estar casado con la ultima  heredera de la casa Hohenstaufen. Roger de Lauria almirante de la flota Aragonesa derrota a la ya mermada flota angevina.


Batalla de la bahía de Napoles

El duelo de Reyes


Hoy es 1 de junio de 1283 estoy en Burdeos Francia.

El territorio está bajo soberanía del rey ingles Eduardo I . Carlos de Anjou ha retado a "Duelo o Jucio de Dios" a Pedro III aquí en Burdeos, para  resolver, de una vez por todas, la disputa por Sicilia. Pedro se ha apresurado a aceptar.

 "Las negociaciones para fijar las condiciones del combate han establecido, que el Anjou a los 55 años está en inferioridad en el cuerpo a cuerpo ante el joven Pedro, 15 años más joven. Cada uno deberá traer 100 selectos caballeros. Tanto el papa, como los aliados de uno y otro contrincante se han llevado las manos a la cabeza".



Felipe III el Atrevido
Hace 15 dias que Don Carlos ha llegado a la ciudad con gran pompa y no solo, con los cien caballeros pactados, también le acompañan unos 12.000 hombres del rey de Francia Felipe III, sobrino de Carlos. Todos con la intención de apresar al rey Aragonés.

Este último ha adoptado la postura contraria. Ha llegado sin ostentación, como para demostrar que tiene fé en Dios.

El rey de Aragón acaba de llegar, al alba, al Palenque preparado para el duelo, vestido de escudero, Juan de Graille senecal de Gascuña, emisario del Rey Inglés ha reconocido al español. Pedro protesta ante la delegación Británica, teme por su seguridad, ya que el francés, incumpliendo lo pactado ha llegado con un ejército y no solo con los cien caballeros. Deja constancia de su presencia en el campo del duelo y ante la ausencia de su rival ha dicho: 

 ¨La victoria es mía, la fé y la razón están conmigo¨

No he entendido nada más, pues ha dado una vuelta al  Palenque y ha picado espuelas rumbo a Aragón



Pedro III de Aragón en el Palenque vacío de Burdeos 

                                   

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Sobre las 12:00 horas la comitiva de Carlos ha llegado al Palenque. El Senecal de Gascuña proclama la presencia del rey de Napoles y da fe de la incomparecencia de Pedro.

Ambos reyes se acusan de cobardes, de que dios está con ellos y de sus poderosas razones. En fin, uno temprano y solo, el otro tarde y acompañado.

Madre mia mucho duelo, muchas bravuconadas, muchas negociaciones....

                                           ¡¡y no se fija la hora!!

Se acaba de inventar la propaganda politica.

Desde Burdeos El Reportero Histórico





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