El extraño caso de Willian Duell y la horca.
El criminal Willian Duell, se salva de la muerte
Estoy en Londres es 25 de Noviembre de 1740.
Aplicando el llamado "código sangriento" han condenado a muerte y colgado en público en los muelles del Támesis, a Willliam Duell. Este joven de 16 años, en compañía de tres amigos, es el autor de la violación, robo y asesinato de Sarah Griffin.
Ejecución Publica |
El joven estuvo colgado por el cuello durante veinte minutos antes de que se cortara la cuerda que lo sustentaba. El cadáver ha sido llevado al Instituto anatómico real de Surgeon´s Halls.
Lección de anatomía por Rembrant |
" Es muy habitual llevar a los ajusticiados a los colegios de médicos. Es una época de grandes avances en el campo de la medicina gracias en parte, a la disección de cadáveres. Los estudiantes y médicos se están encontrando con fuertes prejuicios religiosos y culturales en contra de esta práctica, lo que hace muy difícil disponer de finados. Incluso se está poniendo de moda el poner rejas a las lápidas en los cementerios. Así que, son los condenados a muerte quienes proporcionan cuerpos a las universidades. Próximamente partiré hacia Edimburgo, por unos asesinatos relacionados, precisamente, con la compra de fallecidos."
Pero, volviendo al caso que me ocupa esta crónica. Ayer una vez desnudo y en la mesa de operaciones, un alumno listo para empezar a cortar, ha advertido que aún respiraba. El cirujano le ha practicado maniobras de reanimación y el condenado ha vuelto a la vida. Se ha quedado sentado en una silla en estado de shock.
Se cree que la fiebre que sufría en el momento de su ejecución ha sido, por alguna razón, lo que ha salvado al reo.
La noticia en la prensa de hoy |
De vuelta a la cárcel de NewGate, al condenado le han conmutado la pena de muerte por el exilio en Nueva Gales del sur (Australia).
Hoy se están produciendo algaradas para pedir la libre absolución puesto que se le ha ahorcado, se entiende que ya se ha cumplido su condena.
Duell debería jugar a la recién creada lotería, ¡¡¡menuda suerte!!!
Desde Londres, El Reportero Histórico