Maracaibo y la leyenda de ¡Bartolo tráeme el Cayuco!
Venezuela en 1635 |
Estoy en Venezuela, en la región de Zulia, donde se enclava la maravillosa ciudad de Maracaibo la ciudad donde lloró el Corsario Negro el personaje de una las novelas más famosas de Emilio Salgari.
Y es en estos textos donde viene mi curiosidad sobre este lago.
La leyenda que les narro a continuación procede del siglo XIX y se la cuentan a los niños que no obedecen o se ponen a jugar en la cama de noche antes de acostarse, es entonces cuando los mayores gritan eso de...
¡¡¡BARTOLOOOO TRÁEME EL CAYUCO!!
Y los niños se acuestan a dormir, presos del miedo.
La leyenda que les narro a continuación procede del siglo XIX y se la cuentan a los niños que no obedecen o se ponen a jugar en la cama de noche antes de acostarse, es entonces cuando los mayores gritan eso de...
¡¡¡BARTOLOOOO TRÁEME EL CAYUCO!!
Y los niños se acuestan a dormir, presos del miedo.
Palafitos en la tierra del sol |
Maracaibo da nombre al lago que se sitúa al norte del territorio, donde se extrae la mayor cantidad de petróleo del paìs, es tan importante esta región que incluso dio nombre al lugar, pues fue el mismísimo Américo Vespuccio el que viendo las casas- palafitos se acordó de Venecia y junto con el descubridor Alonso de Ojeda el 24 de agosto de 1499 . Y de esa evocación nace:
VENEZUELA
VENEZUELA
Aunque Antonio Vázquez de Espinosa explica en su libro"Compendio y descripción de la Indias occidentales".
Que Venezuela en la lengua natural de aquellas gentes significa agua grande.
Imagen de google earth |
Cuando estos entraron el lago se quedaron encerrados en él al bajar la marea y solo cuando aquella subió pudieron salir, esto al cabo del tiempo convirtió el lago refugio de contrabandistas y porque no decirlo piratas.
El lago se nutre de varios ríos que junto con la mareas del mar hacen que dentro de sus aguas se produzcan corrientes, pozas y remolinos lo que hace que en algunos puntos no sea recomendable el baño.
El lago se nutre de varios ríos que junto con la mareas del mar hacen que dentro de sus aguas se produzcan corrientes, pozas y remolinos lo que hace que en algunos puntos no sea recomendable el baño.
Tabla de la Virgen de Chínchinquira |
Santuario de la virgen de Chínchinquira |
Esas mismas aguas son las que trajeron a una lavandera una tabla, por una corazonada se la llevo a su casa pues era muy especial, cuando empezaba a limpiarla apareció milagrosamente la imagen de una preciosa virgen la llamada virgen de Chínchinquira.
La zona donde lavaba la mujer se empezó a llamar el milagro allí esta la desembocadura de una cañada donde llegan las aguas provenientes de la lluvia, estas torrenteras llevan gran cantidad de arena que se deposita allí haciendo pequeñas islas o playas al que los lugareños llaman el "Bajio" o el "Bajito". Esa zona es ideal para amarrar pequeñas embarcaciones llamados allí cayucos de bajo calado para poder tocar tierra, pues los bajeles, barcas no se pueden acercar pues pueden llegar a embarrancar.
Es en la zona del Bajío donde las corrientes lacustres son de más intensidad.
La Leyenda de Bartolo tráeme el cayuco
Cuenta la leyenda que un contrabandista o simplemente un gondolero que transportaba mercancías de norte a sur del lago, echo el ancla y se acerco a la zona en cayuco con su ayudante el marinero Bartolo. El patrón bajó a tierra, para irse a hacer negocios o simplemente a pasarlo bien aquella noche de luna oscura, le encargo a Bartolo que se quedará allí en custodia de la embarcación (supongo que ya se olía que algo podía salir mal) y sobretodo que estuviera alerta a su regreso. Bartolo haciendo oídos sordos se tumbo a lo largo de aquella barca y entró en un profundo sueño. La leyenda no dice si aquella embarcación que estaba fondeada se fue de allí o fue el mismo Bartolo el que sin querer fue a la deriva. El patrón se dirigía tan ufano, tranquilo y vestido con sus mejores galas hasta que su sombra se perdió en las calles de la ciudad.
Horas mas tarde volvió el patrón corriendo como alma que lleva el diablo, desesperado gritaba como un poseso...
¡¡BARTOLO, EL CAYUCO!! ¡¡BARTOLO, EL CAYUCO!!
¡¡¡BARTOLOOO!! ¡¡TRÁEME EL CAYUCO!! ¡¡TRÁEME EL CAYUCO!!
Los negocios no tuvieron que salir bien púes le perseguían dos sicarios con muy mala leche machete en mano. Aquel infortunado ya estaba sangrando y Bartolo no le oyó pues estaba en manos de Morfeo.
Desesperado no tuvo otra opción que la de lanzarse al agua y nadar hasta donde estaba su bajel en medio del lago, pues se veía perdido.
Y en medio de aquellas aguas este marinero desapareció y aunque le buscaron su cuerpo nunca llego a encontrarse, el cadáver quedó en el fondo de alguna poza o bien se lo llevaría la corriente mar adentro, nunca se sabrá.
Pero de lo que si saben los marineros y estibadores es que en las noches cerradas donde la luz de la luna es inexistente el viento trae aquellos gritos desesperados y dolorosos de aquél, como si estos salieran de entre las aguas.
¡BARTOLO TRÁEME EL CAYUCO!
Esta leyenda la cuenta las abuelas a sus nietos y pasa de generación a generación y es famosa allí, la traigo aquí para la sección de leyendas del mundo.
El Bajio |
Es en la zona del Bajío donde las corrientes lacustres son de más intensidad.
Cayuco en Maracaibo |
La Leyenda de Bartolo tráeme el cayuco
Cuenta la leyenda que un contrabandista o simplemente un gondolero que transportaba mercancías de norte a sur del lago, echo el ancla y se acerco a la zona en cayuco con su ayudante el marinero Bartolo. El patrón bajó a tierra, para irse a hacer negocios o simplemente a pasarlo bien aquella noche de luna oscura, le encargo a Bartolo que se quedará allí en custodia de la embarcación (supongo que ya se olía que algo podía salir mal) y sobretodo que estuviera alerta a su regreso. Bartolo haciendo oídos sordos se tumbo a lo largo de aquella barca y entró en un profundo sueño. La leyenda no dice si aquella embarcación que estaba fondeada se fue de allí o fue el mismo Bartolo el que sin querer fue a la deriva. El patrón se dirigía tan ufano, tranquilo y vestido con sus mejores galas hasta que su sombra se perdió en las calles de la ciudad.
Góndola zuliana |
Horas mas tarde volvió el patrón corriendo como alma que lleva el diablo, desesperado gritaba como un poseso...
¡¡BARTOLO, EL CAYUCO!! ¡¡BARTOLO, EL CAYUCO!!
¡¡¡BARTOLOOO!! ¡¡TRÁEME EL CAYUCO!! ¡¡TRÁEME EL CAYUCO!!
Los negocios no tuvieron que salir bien púes le perseguían dos sicarios con muy mala leche machete en mano. Aquel infortunado ya estaba sangrando y Bartolo no le oyó pues estaba en manos de Morfeo.
Desesperado no tuvo otra opción que la de lanzarse al agua y nadar hasta donde estaba su bajel en medio del lago, pues se veía perdido.
Y en medio de aquellas aguas este marinero desapareció y aunque le buscaron su cuerpo nunca llego a encontrarse, el cadáver quedó en el fondo de alguna poza o bien se lo llevaría la corriente mar adentro, nunca se sabrá.
Pero de lo que si saben los marineros y estibadores es que en las noches cerradas donde la luz de la luna es inexistente el viento trae aquellos gritos desesperados y dolorosos de aquél, como si estos salieran de entre las aguas.
¡BARTOLO TRÁEME EL CAYUCO!
Esta leyenda la cuenta las abuelas a sus nietos y pasa de generación a generación y es famosa allí, la traigo aquí para la sección de leyendas del mundo.
Puente del general Rafael Urdaneta cruza el lago uniendo Maracaibo al resto de Venezuela Emblema de la ciudad |
* nota Quiero dedicar esta entrada, a una Zuliana de pro Janet Aguírre embajadora del sentir maracucho que con sus palabras me hizo recordar esta leyenda que leí en algún libro de la pequeña biblioteca de Parla cuando tenía unos 12 años.
Janet Aguirre sobrina del gran maestro llamado " el Monumental de la Gaita"
Ricardo Aguírre todo un símbolo allí en Maracaibo.
Gracias por las fotos y el hacerme recordar algo que hace, hace mucho tiempo leí.
Ricardo Aguirre |
Excelente el cuento de "Bartolo pásame el cayuco" y que se ha trasmitido de generación en generación...forma parte del folklore Zuliano
ResponderEliminarGracias por comentar, es historia pura.
EliminarSin embargo yo creía que el patrón llegó hasta donde estaba Bartolo durmiendo y de la impotencia y rabia vino y lo mató. Así me la habían contado mi tío.
ResponderEliminarEs una historia que pasa de padres a hijos, claro existen variaciones. Gracias por comentar.
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