miércoles, 26 de septiembre de 2018

La Leyenda de Bartolo y el Cayuco

Maracaibo y la leyenda de ¡Bartolo tráeme el Cayuco! 

 





Venezuela en 1635

Estoy en Venezuela, en la región de Zulia, donde se enclava la maravillosa ciudad de Maracaibo la ciudad donde lloró el Corsario Negro el personaje de una las novelas más famosas de Emilio Salgari.
Y es en estos textos donde viene mi curiosidad sobre este lago.

La leyenda que les narro a continuación procede del siglo XIX y se la cuentan a los niños que no obedecen o se ponen a jugar en la cama de noche antes de acostarse, es entonces cuando los mayores gritan eso de...

                             ¡¡¡BARTOLOOOO TRÁEME EL CAYUCO!!

Y los niños se acuestan a dormir, presos del miedo.


Palafitos en la tierra del sol

Maracaibo da nombre al lago que se sitúa al norte del territorio, donde se extrae la mayor cantidad de petróleo del paìs, es tan importante esta región que incluso dio nombre al lugar, pues fue el mismísimo Américo  Vespuccio el que viendo las casas- palafitos se acordó de Venecia y junto con el descubridor  Alonso de Ojeda el 24 de agosto de 1499 . Y de esa evocación nace:

                                         VENEZUELA


Aunque Antonio Vázquez de Espinosa explica en su libro"Compendio y descripción de la Indias occidentales".
Que Venezuela en la lengua natural de aquellas gentes significa agua grande.


Imagen de google earth


Cuando estos entraron el lago se quedaron encerrados en él al bajar la marea y solo cuando aquella subió pudieron salir, esto al cabo del tiempo convirtió el lago refugio de contrabandistas y porque no decirlo piratas.




El lago se nutre de varios ríos que junto con la mareas del mar hacen que dentro de sus aguas se produzcan corrientes, pozas y remolinos lo que hace que en algunos puntos no sea recomendable el baño.



Tabla de la Virgen de Chínchinquira
Santuario de la virgen de
Chínchinquira






Esas mismas aguas son las que trajeron a una lavandera una tabla, por una corazonada se la llevo a su casa pues era muy especial, cuando empezaba a limpiarla apareció milagrosamente la imagen  de una preciosa virgen la llamada virgen de Chínchinquira.









 La zona donde lavaba la mujer se empezó a llamar el milagro allí esta la desembocadura de una cañada donde llegan las aguas provenientes de la lluvia, estas torrenteras  llevan gran cantidad de arena que se deposita allí haciendo pequeñas islas o playas al que los lugareños llaman el "Bajio" o el "Bajito". Esa zona es ideal para amarrar pequeñas embarcaciones llamados allí cayucos de bajo calado para poder tocar tierra, pues los bajeles, barcas no se pueden acercar pues pueden llegar a embarrancar.

 El Bajio


Es en la zona del Bajío donde las corrientes lacustres son de más intensidad.
Cayuco en Maracaibo







La Leyenda de Bartolo tráeme el cayuco

Cuenta la leyenda que un contrabandista o simplemente un gondolero que transportaba mercancías de norte a sur del lago, echo el ancla y se acerco a la zona en cayuco con su ayudante el marinero Bartolo. El patrón bajó a tierra, para irse a hacer negocios o simplemente a pasarlo bien aquella noche de luna oscura, le encargo a Bartolo que se quedará allí en custodia de la embarcación (supongo que ya se olía que algo podía salir mal) y sobretodo que estuviera alerta a su regreso. Bartolo haciendo oídos sordos se tumbo a lo largo de aquella barca y entró en un profundo sueño. La leyenda no dice si aquella embarcación que estaba fondeada se fue de allí o fue el mismo Bartolo el que sin querer fue a la deriva. El patrón se dirigía tan ufano, tranquilo y  vestido con sus mejores galas hasta que su sombra se perdió en las calles de la ciudad.
Góndola zuliana

 



Horas mas tarde volvió el patrón corriendo como alma que lleva el diablo, desesperado gritaba como un poseso...



   ¡¡BARTOLO, EL CAYUCO!!         ¡¡BARTOLO, EL CAYUCO!!
¡¡¡BARTOLOOO!! ¡¡TRÁEME EL CAYUCO!! ¡¡TRÁEME EL CAYUCO!!


Los negocios no tuvieron que salir bien púes le perseguían dos sicarios con muy mala leche machete en mano. Aquel infortunado ya estaba sangrando y Bartolo no le oyó pues estaba en manos de Morfeo.

Desesperado no tuvo otra opción que la de lanzarse al agua y nadar hasta donde estaba su bajel en medio del lago, pues se veía perdido.
Y en medio de aquellas aguas este marinero desapareció y aunque le buscaron su cuerpo nunca llego a encontrarse, el cadáver quedó en el fondo de alguna poza o bien se lo llevaría la corriente mar adentro, nunca se sabrá.
Pero de lo que si saben los marineros y estibadores es que en las noches cerradas donde la luz de la luna es inexistente el viento trae aquellos gritos desesperados y dolorosos de aquél, como si estos salieran de entre las aguas.


                                       ¡BARTOLO TRÁEME EL CAYUCO!



Esta leyenda la cuenta las abuelas a sus nietos y pasa de generación a generación y es famosa allí, la traigo aquí para la sección de leyendas del mundo.




Cayucos en el Bajio
Lanchas motoras hoy


Desde Maracaibo estado de Zulia en Venezuela El Reportero histórico.






Puente del general Rafael Urdaneta cruza el lago uniendo Maracaibo al resto de Venezuela
Emblema de la ciudad


* nota Quiero dedicar esta entrada, a una Zuliana de pro Janet Aguírre embajadora del sentir maracucho que con sus palabras me hizo recordar esta leyenda que leí en algún libro de la pequeña biblioteca de Parla cuando tenía unos 12 años.
Janet Aguirre sobrina del gran maestro llamado " el Monumental de la Gaita"
 Ricardo Aguírre todo un símbolo allí en Maracaibo.
Gracias por las fotos y el hacerme recordar algo que hace, hace mucho tiempo leí.




Ricardo Aguirre
                                              Gaita la virgen de Chichiquirá





miércoles, 4 de abril de 2018

La calle del Pez de Madrid

Leyendas de Madrid "La calle del Pez"


Madrid febrero de 2018


La muerte en estos días del dueño de un bar mítico de Madrid, "El Palentino", sito en la famosa calle del Pez, me ha hecho recordar una de tantas leyendas de Madrid que mi padre me contaba mientras recorríamos las calles de la capital del reino. Recuerdo al lector que mi era padre invidente y amante de Madrid.

Andando por aquella calle del barrio de Maravillas (sale en el famoso plano de Texéira de 1656) me contaba, que él y mi madre estuvieron viviendo allí "con derecho a cocina" en unos tiempos muy duros,  nada más casarse.




En un momento en una esquina mi padre me dice:

.- ¿Ves el pez?
.- ¿ Dónde papá?
.- ¿ Ahí? ¿no lo ves? ¡si debe estar ahí!
.- Papá, no ves ¿ dime dónde? especifica
.- A ver, que no te enteras...arriba, en ladrillo


"Y allí estaba el Pez que da nombre a la calle, y mientras yo lo veía,  él me contó la leyenda.


En 1556 la calle aparece plasmada en el ya famoso plano de Texeria de Madrid con el nombre de la Fuente del Cura. Así llamada por un cura de Colmenar, que regalo a la villa una fuente con un estanque para que las bestias que llegaban desde Colmenar Viejo pudieran beber agua fresca.

Cuenta la leyenda que un hombre acaudalado compró la finca con la fuente incluida, donde puso, para disfrute de su hija, unos peces de colores.

Al poco tiempo, comenzaron las obras de urbanización de la misma y los obreros empezaron a recoger agua de la fuente. Poco a poco ésta fue disminuyendo; unida esta circunstancia a la sequía el caudal fue bajando. 

"Entre la falta de oxígeno y las impurezas del agua, los peces fueron muriendo. 
Mi padre contaba, que la hija del potentado que se llamaba Blanca, empezó a ponerse muy triste por la muerte de los peces, aquélla niña ayudada por su padre salvó al último pez poniendo al animal en una pecera.





"A pesar de todo, aquél pez murió y la niña cayó en una profunda depresión, de la que no consiguió salir, por mucho que los médicos mas prestigiosos del reino lo intentarán. Preocupados por su futuro, la familia decidió que lo mejor para ella era que profesara de monja en el famoso convento de San Placido.

De él  se cuenta que el demonio poseyó a aquellas religiosas, muriendo sor Blanca de aquel incidente.

Don Juan Coronel,  padre de Sor Blanca, mandó esculpir aquél pez que mi padre me enseñó. El pueblo de Madrid, poco a poco, fue cambiando el nombre de calle de la Fuente del Cura a la calle que tiene un PEZ.

Desde Madrid, el Reportero Histórico